Jacob y Amanda se casaron en 1936. Pocos años después todas las articulaciones de Amanda fueron afectadas por una artrosis prematura, debido a una artrosis reumatoide. Ella no lograba doblar su cuerpo, y por muchos años permaneció en cama, sin posibilidades de mover mas que sus labios y sus parpados. Ella solo puede ver a las personas y leer solamente a través de símbolos ajustados para ella, Jacob, vivió casi toda una vida solamente para ella. En una oportunidad unos reposteros le preguntaron: ¿Qué los ha mantenido juntos durante estos mas de cuarenta años de vida matrimonial? “Es por nuestra profunda certeza de que nos casamos por la voluntad de Dios, y de hacer un compromiso diario entre Dios y entre nosotros mismos”.
Una tendencia peligrosa hoy: “Amor” sin compromiso.
Esta nueva tendencia, está influyendo hoy en nuestros hogares; ya que provocamos más divorcios hoy que en ningún otro tiempo. El amor sin compromiso se manifiesta así: “Viviremos juntos mientras nos amemos”. Estas parejas, se casan, se dejan de amar y luego se divorcian. ¿Se sabe por qué ocurre esto? Hay dos razones primordiales. Primero, porque los que se casan considerando el divorcio como una alternativa ya están caminando hacia a él. Y segundo, la relación exitosa en el matrimonio esta basada en sentimientos y en la felicidad, que es concebida como ausencia de dificultades. Por lo tanto, al aparecer las dificultades, por más pequeñas que sean, acaban separando la pareja.
“Lo que Dios unió no lo separe el hombre”
Este es el principio bíblico registrado en el evangelio según San Marcos 10: 9. La relación matrimonial fue instituida por Dios y santificada por él. El creador omnisapiente dios los medios para hacerla posible y deseable. Por eso, todos los que participan de esta relación, están unidos por toda la vida, según el plan original de Dios. Una prolija escritora escribió: “Cuando se reconocen y obedecen los principios divinos en esta materia, el matrimonio es una bendición: salvaguarda la felicidad y la pureza de la raza, satisface las necesidades sociales del hombre y eleva la naturaleza física, intelectual y moral”.
Amor es compromiso, no sentimiento.
Erich Fromm, lo expreso de esta manera, “Amar, no es solo un sentimiento fuerte, es una decisión, una promesa”. ¿Había pensado así del amor antes? Amar es una decisión. Usted ha decidido amar a su pareja y por lo tanto a la vez ha hecho una promesa de amarlo(a). Le aseguro que si usted amigo(a) lector(a) asume este nuevo enfoque de la vida matrimonial: llegará a la conclusión que experimentó Richard Halverson cuando era capellán del senado norteamericano: “Cuando el pacto del matrimonio es tomado seriamente, por más desagradable que sea el proceso de aprender a crecer, las dificultades sirven para profundizar la intimidad y lograr un matrimonio maduro.”
Una relación que depende de los sentimientos para mantener el amor se deteriora y muere. Cuando nuestro primer hijo nació, un año después de nuestro matrimonio nuestras noches tranquilas acabaron. Nos levantábamos varias veces para alimentarlo, no porque nos sentíamos bien levantándonos en la noche, perdiendo el sueño, sino porque el amor nos llevó a hacer eso. Si esperamos por “buenos sentimientos” antes de mostrar amor, no lo mostraremos como debiéramos. Necesitamos no mirar por sobre nuestras propias preferencias sino a nuestro compromiso mutuo. Cuando hacemos lo que el amor haría, percibimos que los pensamientos amorosos acompañan nuestros actos. Entonces sabremos que el amor no es tanto un sentimiento sino un compromiso para actuar con amor, haciendo lo que el amor debe hacer en cada situación. ¿El amor incluye sentimientos? Si, pero el amor que dura toda una vida es mucho mas que un sentimiento. Es un amor basado en la calidad del compromiso sellado en nuestros votos matrimoniales.
Los matrimonios deben hacer siempre el compromiso de permanecer juntos.
Un matrimonio exitoso dijo: “Nos repetimos nuestros votos constantemente, por lo menos dos veces por semana durante 30 años.” Que buena idea para implantar en nuestra vida matrimonial, ¿verdad? Hay que recordar que “en las buenas y en las malas” estaré contigo para amarte, cuidarte, etc, etc.
¿Cómo se logra tener un mayor sentido de compromiso en la relación matrimonial? Veamos dos elementos que crean compromiso.
En Alemania, se realizo un casamiento donde el pastor dijo lo siguiente: “Si alguien interfiere en esta unión, la ira de Dios caerá sobre esa persona” …¿Cree usted que alguien se atrevió a objetar? ¡Por supuesto que no! Así es Dios, les unió en matrimonio. Aunque le suene ridículo o cursi a alguien, esta concepción de que su pareja es una provisión de origen divino ha dado el mayor sentido de compromiso y estabilidad a las parejas que ningún otro factor. Compruébelo usted también. Recuerde el compromiso es la clave.
Es decir, hagamos un compromiso mutuo de renovar nuestros votos matrimoniales una o dos veces por semana. Ya sea a la puesta del sol, o de mañana. Con certeza el matrimonio se fortalecerá y tome en cuenta al autor del matrimonio: Dios. Él está dispuesto a ayudarle. Las sagradas escrituras dicen: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican…” Salmos 127:1
Luis Astudillo, es licenciado en teología y con una maestría en relaciones familiares.